this is the end
La adrenalina descendía voraz y calida, circulaba alcohol por nuestras mentes y carecíamos de límites. En ese momento Javier estaba no tan ebrio -haciendo una comparación común- como Henry, que aparte de su atmósfera etílica, lo transgredían inertes sentimientos encontrados, felicidad momentánea, soledad atravesada, orgasmo creciente; Al sentirse dueño de la situación, pero tristemente un auto sin control y patinándose sobre el asfalto lo regreso a la cruel y justa realidad. Fuera de control pertenece a una definición demasiado minúscula. Perdieron la forma y se desvanecieron por el camino girando intespetivamente conservando las cuatro llantas dejando marcas humeantes atrás; agradeciendo todo a la gravedad.
Es trillado y común decir que toda su vida sucumbió en su cerebro a medida que pasaban los segundos desgarrándose lentamente por sus embriagadas cabezas esperando oír el estallido final. –this is the end my only friend the end-
Henry se imagino volándose los sesos, oyó un disparo pero quedo esperando el retumbar de sus neuronas muertas; nunca sucedió. Aterrizaron sobre un sembradío iluminado de muerte, la llanura paro su desenfrenada caída al infierno, el cinturón de seguridad salvo sus espíritus de escaparse por el parabrisas y atravesar esos vidrios cortantes que hacen derramar sangre y lagrimas, no se movían, quedaron sin habla, sin aliento, sin respiros, sin latidos.
Llevaban dos días irracionalmente bebiendo como si nunca lo hubiesen hecho, tal vez cansados de sus sistemas sofocantes de la cotidianidad amenazadora de ver las formas como todas las perciben, explotaron en un ambiente idóneo para caminar por el mundo y sentarse libres abrir sus alas y disfrutar del aire dulce, gaseoso, olvidaron las fronteras, Javier mas conciente, mas entero, poseedor de una tranquilidad. En cambio Henry, un tipo sin remedio queriendo amasar el universo con su palma, tragarlo sin importarle que estalle en sus anginas y derrame sucias sustancias en todo el horizonte.
La noche acabo, acabo una siembre recién hecha, una alcohólica y sedienta huida, una tarde que se ocultaba de la verdad, una nube de reclamos, de maldiciones, de rezos, de vida.