miércoles, diciembre 20, 2006

Bajo del elevador sin percibir tu mano,
En lo mecánico de las escaleras distingo repetidas veces tu nombre;
Esta espera hierve ensangrentada.
Las torres brillantes sobre el concreto
Ven pasar la vida de un sentido a otro
Las maquinas humanas sin alma
Corren a sus escondites como hormigas sedientas
Tras haber conseguido el alimento para reproducirse
Y conquistar el subsuelo.

Recorro mentalmente sobre un tren infernal iluminado
Por ese rayo de ti, que me esta salvando de la desesperación
Te necesito más ahora que piso esta zona silenciosa
Donde los sentimientos se desvanecen
Por las necesidades cotidianas

Ese hermetismo que hace despellejarnos continuamente
Como si fuéramos partículas de choque, destruyéndonos poco a poco
Desgastando nuestros pulmones por no caer y no rompernos
Los nudillos para volar en parvada, esa tranquilidad logro tú sinceridad;
Saber que mi mundo se desvanece en lodo caluroso, penetrante;
Pestilente a mediocridad

Estas palabras deshechas parecen ramas de vida multidireccionales,
Se pueden sentir frías o calientes depende la temperatura de tu animo,
Sucias o claras

corrosivas o tontas
vacías o a punto de explotar,
Se huelen a verdad o a indiferencia


A dolor o placer
Carne o agua
Cuerpo o mente
Soledad o hartazgo

Pero nunca pragmáticas
Ni coyunturales
Solo tangentes en algún punto



Eres tú ese lugar donde todas se tocan en una misma región
El apenas conocerte, la nula información de ambos
No importa, eres ese punto al que depredan mis versos

Rebuscados y humildes

Sinceros y vanos

Rugiendo desde las tripas y llegando a mi mente



Todos esto esta hirviendo como pasajero de un tren sin retorno
Lleno de formas
Culturas
Clases sociales
Vestidos
Miedos
Destinos
Olores
Sonidos
Miradas
Cansancios
Deseos
Figuras
Posturas
Secretos
Ideas
Verdades
Sueños

El tiempo se arraiga en la boca del estomago; lo mastica
Atraviesa velozmente el túnel, que cruza tu mundo y el mió
Encontraré esa recta
Que nos une como dos desconocidos sin corazón, sin amor, sin comprensión
Únicamente dispuestos a fundirnos en cada uno de los cuerpos y tirarnos al vació
A un acantilado oscuro y finitamente imposible de ver, dejarnos llevar en medio de la gravedad, juguetear entre las nubes y smog

Escondernos de los vivos en la punta de los cerros
Mordernos los labios y crear cascadas
Que bañen el contexto y se nos escape una sonrisa brillante
Corramos por los pasillos del horizonte
Uno a lado del otro, siempre iguales
Justo al borde de los sentidos
De lo contrario el encanto se iría a la nada
Alguien caería a los callejones de la realidad y sufriría.