domingo, junio 25, 2006

abrazado de una lágrima

El corazón oscuro
Rasga y atrapa mis brazos que te quieren envolver, Tocar, sentir.
Incentivas el ejército de los muertos internos,
Los inyectas con cianuro
De tus uñas largas y filosas, que recorren montañas en mi espalda,
Que se anidan en desiertos, finitos; vacíos.

El amor se desarma en las manos,
Se arraiga en las fibras, apaga los nervios,
Se expulsa a chorros; no me baña, no calma mis latidos.
Pasa por mi estructura ósea,
La desploma, la convierte.

Te espero sentado en el hombro de tu rencor,
Abrazado de una lágrima cayendo en tu sexo,
Crucificado en tus rodillas, masacrado por tu lengua salada,

Presionas y destruyes mis sienes con tus piernas
Te clavo los colmillos de concreto
Queriendo masticar las llamas de tu selva,
Incendiada por la fogata pasajera de tripas inmensas; torcidas.
EL RECUERDO SE TIRA al vació,
Se desgarra en el contexto
Se derrama por el costado de tu vientre abierto;
Río jugoso cargado de luz y tus labios
Amenazan al tiempo, un camino sinuoso, algún autoestima incendiado.
Caricias fingidas.

Lagrimas destruidas por el impacto de las paredes del silencio
El odio, se funde en deseos cortados; vagan en el sendero sin retorno
Pintado de frases atroces; hirientes, desesperadas, confusas.
Existes como un sillón en la esquina de una nube con espuma verde
Salida de la tierra tranquila
La pérdida de fuerza es un tope brillante de esqueletos fingiendo, que tiene anhelos,
Los satisface, los sufre, lo extraña.
Hoy que somos todos, muchos y cientos
Nos levantamos con espadas,
Candentes de ideales, perseguidas de ira; de injusticia
Entrelazadas por líneas oscuras, que tienen tangencia
Unidos desde todo el rencor de las fibras
Sin rastros de miedo
Llenos de líquido rojo burbujeante
Descargando en el fondo, corrompiendo el ambiente
Llenados de espuma, limitadas palabras,
Confundidas en imágenes mediáticas rellenas de odio,
Corrupción. Ansiados de triunfo; reconocimiento.
Defensa armada con canciones irritadas con fuego,
Gritos precisos, artísticas manifestaciones de creaciones
Rebeldes, defendiendo a la conciencia sagrada, maltratada,
Ultrajada; corroída de muerte, represiones arteras, defendimos la línea.

OP-C

domingo, junio 18, 2006

AMOR DE 3 HORAS



Después de esperar más de dos horas, sin clase, sin rumbo, sin nada quehacer, sin tener a donde ir, Parmenides tenia la ilusión de ver a Carmen para poderla llevar a su casa con el pretexto de entregarle una bufanda que se le había olvidado en el carro días antes. Ella salio acompañada de sus amigas y de todo su grupo-cosa que le desagradaba a Parmenides porque lo ponía algo nervioso y no podía operar como el quería- así que tuvo que esperar a que todos y cada uno de los compañeros se fueran para acercarse a ella y proponerle sus planes, recordarle sobre su bufanda y encontrar ese espacio ansiado de estar con ella para hablar de los dos- siempre existía evasión a el le molestaba muchísimo y lo hacia sentir peor- después de algunos minutos de casi rogarle ( solo le faltaba hincarse para convencerla) subieron al transporte escolar, pasaron por donde carmen se tenia que bajar para llegar a su casa, ya se había arrepentido y se disponía a tocar el timbre, cosa que Parmenides no dejo y tuvo que sacar la personalidad algo autoritaria, resignada ella y contentísimo él, la contemplaba (el amor de su vida estaba a milímetros de su piel, se llenaba de su compañía se iluminaba con su aura) se sentía flotar en una atmósfera limpia sin contaminación , transparente, su mente: libre de contradicciones, sin limites tangibles, se sentía ganador, rompía el record de estar con ella mas de 5 minutos.

Carmen no quiso entrar así que espero a Parmenides en un café cercano en lo que el muchacho visiblemente extasiado entro por la bufanda y salio en no mas de 2 minutos, la tomó de la mano ( nunca lo había hecho) quería que el mundo los viera, salir en los periódicos, obtener el reconocimiento eterno. Tomaron el camión de regreso agradeciendo que el transporte publico fuera malísimo y tardaba mucho, sabedor que el tiempo se le derretía en la manos influido por fuerzas extrañas, internas; desconocidas, así de la nada abrazo a Carmen, listo para devorarla, le dio tremendo beso de 0.90 segundos!!!!!!!!!!!!!!!!!! -no mames que chingón aaaaaaaaaaaaaaaa- pensaba Parmenides, cargado del sentimiento mas puro y noble muy raro para estar en el siglo XXI. Ella correspondió, respondió con extrañeza, convencida; satisfecha, el resto del camino se torno a un clima semi erótico, se quisieron, se entregaron, abrazados, sus corazones se fundieron, fueron una lámpara infinita de luz cegadora; eran uno solo, una hola de ternura los ahogaba, envolvía, fueron dioses purificándose.




Ya entrados en lo que iban era tal su entrega que olvidaron donde se tenían que bajar así que alargaron su experiencia, extendieron el placer, sumergidos en el momento no veían nada estaban idos de la mente, en blanco, en cero, la sangre se calentaba, corría por sus cuerpos como río a punto del colapso, alimentaba el deseo, disolvía los temores. Los llenaba de amor.

Parmenides parecía drogado, estaba perdido en sus adentros, ya hacía planes buscaba el futuro, se encontraba junto a ella; Para siempre, el veneno entro y contamino su mirar, no pensaba. El camino a casa de Carmen no importaba, había mucha tierra, magueyes ultrajados, escombro, casas semi destruidas, no era el idóneo para amarse pero fueron capaz de convertirlo en el mejor lugar lleno de luz, brillante, se bañaban en el desierto urbano con los rayos de sol multicolor, carmen se daba, estaba inquieta; cuestionaba, algo no le parecía correcto, se diluía en conceptos, buscaba explicaciones; las pedía, aparecían ideas de culpa, se perdía en definiciones. Cerca de despedirse con el autoestima en el cielo, sin barreras, dispuesto a todo la acompaño hasta su departamento, entro, se sentía en un sueño tenía miedo de despertar, la tomo de la cintura, beso su carne, la probó, apoyado por la luz tenue la acariciaba, la disfrutaba, ella se dejaba querer tocar, gozar, iluminados por el amor carnal los sentidos respondían al llamado, lejos de la lujuria, él, como hombre respondió a la situación, se alejaba, no quería demostrar pensamientos sucios; inexistentes, era la entrada a un túnel deseado no existían miradas condenatorias, risas burlonas, fue lo mejor, la cita perfecta, el cenit. Entre besos y caricias candentes, el reloj se había detenido, las manecillas se fragmentaban respetando los cuerpos y Carmen desapareció en la penumbra.

domingo, junio 11, 2006

ESTAS AHÍ

Todo empezó como un juego
Prendiste la mecha de la lujuria
Fuiste un pretexto carnal
La respuesta a un grito de auxilio

Estas ahí, respondiste al llamado
Nos hemos probado silenciosamente
Te busco en el pleno secreto
Te encuentro rasgando mi mente

Acaricie tu figura perfecta
Nos encontramos en un ritmo perfecto
Lo recuerdo y te extraño
Te me das y te vas conmovida

Los encuentros son relámpagos dorados
La naturaleza es confidente, perfecto testigo
Nos preocupa el pecado, nos cuidamos
Lo disfrutas, disfruto; lo necesito

IMAGENES CONSTANTES

Tantas veces he visto lo mismo en tus ojos
Vuelve a presentarse en mí la explosión interna
Quiero gritar, rasgarme el esófago cuando resbale tu nombre
Tu rostro bañado de luz me hace prisionero
Mi pecho se expande exponencialmente cuando respiro
Tu sonrisa nerviosa que me acepta al instante
Inyectas combustible a mi maquina oxidada
Coqueteas con el mundo, los llenas, te llenas; me vacías

Muero en el suspiro profundo de tu cuerpo brillante, lloro por dentro al saber que no eres eterna, la desesperación tensa mi cuerpo, me convierto en una bestia salvaje
Capaz de destruir todo solamente por ti, de nada sirve tanta obsesión, pasión, entrega, idolatría; desesperación: infinita

La dificultad de encontrarte de frente siendo de todos, la insistencia de tragarte al instante, de sobresalir ó ahogarme.
Tú me conviertes, paso a niveles alterados de conciencia
No logro hilar los hechos, pegar la historia, armar tu vida con la mía
Ni siquiera puedo imaginarme el boceto del final.




MARCAS

Zumban los deseos en mi cabeza
Quiero prender la luz de la conciencia
Cierro los ojos y la intranquilidad me persigue
Dejo pasar la noche, tus huellas están en mi piel; eternas