mi amigo charles

Ayer cené fumando y vaciando botellas con mi amigo charles, entre trago y trago de ardiente licor, solitario como mis pensamientos, le fui construyendo mi perra vida en base a experiencias buenas, malas y de la chingada, que han transitado en estos cortos y un poco ajetreados años. el, con su tono soez y de viejo vale madres invitaba mas tragos y no se preocupaba por nada, dice que esa es la onda; no preocuparse por limpiar tu cocina, algún día de la semana bañarte y solo como instrumento para cortar la resaca que en su caso lo hacia diario-siempre andaba crudo- las mujeres para el son coños caminando, buscando hombres que los satisfagan y los revienten, que una mujer que te libra de otra que ya te ha vaciado los sesos y carcomido los intestinos, llegará otra que se alista las garras para sacarte los ojos y los huevos. Desplomarte hasta dejarte sin aliento, temblando, sin fuerza ni en las piernas, ni en los dientes. Que bebiera cerveza que tuviera un amigo drogadicto, un alcohólico, pero que todos fueran inteligentes además de que no esperara nada de la vida.
Yo sabia que adentrarme en tanta cosa era vano y fugaz. Muy poca importancia como para quitarme el sueño, la mejor formula era cerveza y cerveza; nunca traiciona. Que en el final de alguna caguama saldría una mujer que seria mi esclava y la amante perfecta, alguna princesa de piernas nutridas, de cabellera pelirroja, grande fuerte y con los dientes viejos pero pelvis de fuego. Que la fortuna no existe, solo las cosas pasan y uno parece el actor principal pero termina siendo espectador de su propia putrefacción; que la vida no es una mierda, pero de las personas no se podía creer lo mismo.
El asco me hizo despertar, llegue al baño en calzoncillos y vomite la bilis más venenosa que vi. En mis extensos años de alcohol, sufrimiento y falso placer. Tenía sus palabras rasposas, llenas de ardor y mal aliento girando por mi mareada cabeza, esa idea de no esperar ni la muerte. Cuando regrese a tratar de dormir estaba el ultimo libro que leí del buen Bukowsky “el amor es un perro infernal” solté una sonrisa de nosedonde, y entendí muchas cosas.